martes, 23 de abril de 2013

Regalo de otoño

Lago Guillelmo

Salimos con Noni al mediodía rumbo a El Bolsón. Nuestra meta, ¡disfrutar los colores del otoño! Con tan buena suerte que el día se presentó con un cielo totalmente despejado y sin viento.
Al rato de salir, en la orilla del lago Gutiérrez, nos esperaban una Gaviota cocinera descansando en una roca, un grupo de Patos Barcinos y una pareja de Quetros voladores, que dormitaban sobre otra roca… posaron para las fotos… ¡pero no se movieron!! En cambio la Gaviota si nos mostró su vuelo.

Gaviota cocinera y Pato barcino
Quetro volador









Gaviota en vuelo










Pato barcino







El viaje fue una fiesta de color, las lengas, los ñires, hileras de álamos, mosquetas y espigas secas se combinaban como en una pintura. Al llegar al lago Guillelmo nos sorprendió el reflejo sobre la superficie calma del agua. 

Tronador

El Guardaparque de Mascardi se detuvo a preguntarnos si todo estaba bien y charlamos un rato. Él fue quién nos hizo ver el Tronador que asomaba su blanca cumbre entre las montañas, a nuestras espaldas.



Lujo otoñal

Las hileras de álamos dejan adivinar los lugares donde hay pobladores. La máxima demostración fue cuando llegamos a El Foyel. En este lugar la ruta pasa entre dos largas hileras y estaban totalmente amarillos. Nos bajamos a fotografiarlos y en ese momento, ayudados por una suave brisa, empezaron a soltar hojas doradas que bailaban un largo rato en el aire por encima y alrededor nuestro hasta depositarse en el suelo, ya cubierto de hojas… un regalo para los ojos y el alma. 










Para la vuelta, nos esperaba la luna casi llena. Apareció detrás del cordón montañoso y nos acompañó todo el viaje.





No hay comentarios:

Publicar un comentario