lunes, 20 de agosto de 2012

Parque Nacional Lihue Calel


Visita al Parque Nacional Lihuel Calel

18 al 20 de agosto de 2012

Hacía tiempo que teníamos ganas de ir porque algunos integrantes del grupo habíamos estado visitándolo con anterioridad, y le contagiamos al resto la idea de ir a recorrerlo sin mucho apuro. 
El parque está ubicado en la provincia de La Pampa, sobre la ruta nacional 152, a una distancia de 120 km de la ciudad de General Acha y un poco más de 200 km de Santa Rosa.


Para hacer el viaje todos los Pajarólogos nos preparamos mucho.
Primero nos reunimos en una de nuestras casas e investigamos sobre la ecorregión en la que está inserto, luego sobre la geología, flora y fauna que lo caracteriza. Posteriormente averiguamos sobre un lugar para dormir e hicimos la lista de todas las cosas necesarias para permanecer dos días en el parque. 
Salimos desde Bariloche muy tempranito el sábado 18  y recién nos detuvimos a almorzar a varios km de la ciudad de General Roca, en pleno ecosistema de monte. Enseguida las mujeres comenzamos a reconocer las especies que allí habitan y a expresar con tonos altos ¡miren las jarillas! y a preguntarnos: ¿y esta qué es? una zampa alguna respondió.

Jarilla macho

Zampa
A pocos km antes de llegar no pudimos dejar de echar mano a los binoculares y a las cámaras fotográficas para ver estas 4 especies de aves.
El ambiente es semiárido, llueven al año unos 450 mm de agua, con temperaturas muy marcadas durante las estaciones.  La vegetación que caracteriza al parque es una estepa arbustiva: montes compuestos por caldenes, chañares, Alpataco, Sombra de toro, Piquillín, Chilladora, 3 variedades de Jarilla, Zampa, Molle, entre otras.

A escasísimos metros del Parador de la ex-estación YPF, en donde íbamos a pernoctar ("sencillito"... ), nuevamente nos detuvimos a observar otras aves que no solemos ver por nuestros pagos, sobre todo el Gaucho Chico










Con mucha ansiedad nos dirigimos al parque para registrarnos y armar el programa de caminatas. ¡Que linda sopresa nos llevamos! Acá las presentamos:



Guanaco escapando a nuestro paso
También otra especie de Calandria y martinetas comunes que pasaban corriendo delante de los autos intentado esconderse entre los espinosos arbustos.

¡El guardaparque Miguel nos recibió de maravillas!, fue realmente un alegría enorme conocerlo. Quedamos asombrados de sus conocimientos sobre el ecosistema del parque. No parábamos de hacerle preguntas.


Fue tan lindo verificar in-situ lo que habíamos estudiado antes de salir! Las Sierras de Lihuel Calel, con sus 590 msnm, conformadas por rocas que son el remanente de la gran actividad volcánica que tuvo lugar hace más de 240 millones de años. 

Dichas sierras están constituídas por un tipo de roca denominada ignimbrita (ignis: fuego; nimbus: nube) que se forma por la caída y posterior depósito de densas columnas de cenizas que alcanzaron varios km de altura. Esa ceniza estuvo acompañada de rocas finamente trituradas, bloques, vidrio y gran contenidos en  gases a elevada temperatura. Dichos materiales, en forma de flujo, descendieron por las laderas de los volcanes y cubrieron el paisaje que por ese entonces era una gran depresión. Posteriormente esos materiales eyectados y derrapados se enfriaron y soldificaron. Este suceso se sospecha que permaneció activo durante 30 millones de años.


En un principio los geólogos describieron a las rocas de las sierras como verdaderos granitos, debido a su aspecto macizo, abundantes bloques de varios metros de diámetro, por las tonalidades rosadas que presentan y además por exfoliación que muestran, es decir por el desprendimiento más o menos delgadas en capas,  como si se trataran de las catáfilas que envuelven a un bulbo de cebolla. Luego el Dr Mario Llambía concluyó que se trataban de ignimbritas riolíticas

















Las Sierras de Lihue Calel son llamadas también Sierras de la Vida,  porque son capaces de retener el agua caída de las lluvias, a la vez que moderan las temperaturas durante el verano. Esta hecho determina un microclima con más humedad generando  un hábitat propicio para muchas plantas como por ejemplo los helechos y oras tantas más. Sin embargo a pesar de esa humedad reinante, se pueden encontrar creciendo entre las rocas algunas crasas, encontramos por lo menos cuatro variedades de cactus. 

Caldén en el Sendero de Interpretación









Recorrimos un sendero de interpretación muy bien señalizado en donde íbamos leyendo el nombre de las especies de plantas que se desarrollan en el lugar.

A pesar que ya era tarde, las aves mostraban sus plumajes y las cámaras fotográficas no dejaban de disparar.
Zorzal Chiguanco

El sonido de la voz del Gallito Copetón nos mantenía alerta los sentidos, que emoción tan grande sentíamos. Fue bastante difícil distinguirlo entre las ramas de los arbustos, pero por suerte llegamos a verlo un momento, que alcanzó para poder fotografiarlo
Gallito Copetón


A la vuelta, en el área de acampe, nos encontramos con un zorro. Muy acostumbrado el pequeño carnívoro a que la gente viajera le ofrezca comida.
Zorro

Luego de la cena salimos a realizar una caminata en búsqueda de las aves nocturnas. Pudimos ver entre la oscuridad de la noche, la blancura del plumaje de lechuzas de campanario.Estábamos todos anonadados mirando hacia arriba y felices de tener a esas rapaces tan cerca nuestro. Seguimos caminando en búsqueda de las atajacaminos, teníamos muchas ilusiones de verlas pero no lo logramos. Como aún era invierno, seguramente no habían vuelto de sus viajes migratorios. 

El amanecer tan bello fue el gran despertador para avisarnos que debíamos continuar con el recorrido por el parque.



¡Uy que de aves nuevas conocimos! el grupo se  había dispersado yendo detrás los pájaros que no se posaban un minuto a descansar. No nos daban tiempo el necesario para observarlos e identificarlos en las guías de aves. 




Tomamos el Sendero al Valle de las Pinturas. En el camino recorrimos el Sendero Interpretativo que relata el uso que hacían de esta área sus pobladores primitivos. Al final, llegamos a la cueva donde se encuentran las pinturas rupestres.
El antropólogo del grupo, Juan Ignacio, nos dio una clase magistral en pleno campo.


Corriendo velozmente y sortenado los grandes coirones pudimos ver al ñandú, con su metro y medio de altura.Logramos diferenciarlo del choique, por algunas de sus partes negras, tanto en la cabeza como cuello.



Tuvimos oportunidad de ver dos variantes de epífitas, conocida más comúnmente como clavel del aire. 
Sendero y nidos en arbustos

La reserva de agua en las grietas de las grandes rocas produce el milagro del verde en medio de la aridez. 
Cueva con pinturas rupestres















Ignimbrita riolítica exfoliada


Roca erosionada por agua y viento



Mapa PNLC - Folleto APN
Nos quedaron muchas cosas pendientes, para ver, conocer, estudiar y entender un poco más cómo cada integrante de la Naturaleza se adapta a cada espacio, encontrando siempre los mejores aliados entre aquellos que lo logran.

Como muestra, nos sorprendió encontrar conviviendo cactus con helechos, euforbias, oxalis.
En cuanto a las aves, ver cómo utilizan los arbustos más espinosos para instalar ahí sus nidos, protegiéndolos de los predadores. 

Con respecto a la geología, nos faltó encontrar las rocas vitrificadas. 
El regreso, como nos suele pasar, fue planeando nuestro próxima visita a este extraordinario lugar que colmó nuestros objetivos y nos planteó nuevas inquietudes.