sábado, 7 de abril de 2012

Piedra Parada


Salida a PIEDRA PARADA
5 y 6 de Abril de 2012



Un área ubicada en el centro-norte de la provincia de Chubut, aproximadamente a 40 km de Esquel, entre las localidades de Gualjaina y Paso del Sapo.
Decidimos ir a ese lugar porque el paisaje, labrado por las huellas del pasado geológico, verdaderamente se impone.

Organizamos nuestro campamento y los lanzamos bien tempranito a la gran aventura.
En el camino no pudimos dejar de frenar de golpe y tirarnos a la banquina porque águilas moras juveniles y adultas estaban desayunando una descuartizada libre, la que pendía del alambrado muy expuesta como para invitar a otras aves carnívoras a la gran degustación.

















La Caldera de Piedra Parada: en geología se denomina caldera volcánica a una gran depresión, distinta de un cráter, causada por ejemplo por el hundimiento o colapso del techo de una cámara magmática. Se origina cuando un edificio volcánico aumenta mucho su altura respecto a su base, volviéndose inestable y desplomándose a favor de la gravedad. Esto ocurrió en este paraje que visitamos de donde salieron, de un gigantesco volcán, más de 100 km3 de lava, cenizas y otros productos volcánicos entre el lapso de 65 y 35 millones de años atrás, originándose una caldera de 25  km2.



Piedra Parada: es un conducto de salida de magma de un domo que ascendió a la superficie aprovechando la fractura subcircular que se formó durante el colapso de la caldera.

Domo: estructura volcánica en forma de cúpula, formada por capas de magma ácido que no llegan a abandonar el conducto de emisión de dicho magma.



En la actualidad, estamos acostumbrados a ver la línea de estratovolcanes chilenos, como el Osorno, el Villarica, el Puyehue, el Llaima, entre otros, que son producto de la acumulación de materiales piroclásticos (lava, ceniza) y originados por el fenómeno de subducción (hundimiento) de la placa oceánica de Nazca por debajo de la placa continental, en donde los magmas se originan por la interacción entre dichas placas. Pero cuando sucedió el vulcanismo de Piedra Parada, allá por el Cretácico es decir cuando se estaba rompiendo el supercontinente Gondwana, las placas tuvieron un comportamiento diferente. Ambas se deslizaban o desplazaban lateralmente con respecto una a la otra. El magma se originaba ya no por subducción sino por una anomalía térmica situada por debajo de la corteza. Por esta razón la actividad de los grandes volcanes migró hacia el este, hasta llegar a la zona de la
actual estepa patagónica.

Caminamos observando y admirando la lava solidificada de hace más de 50 millones de años.

















La labor erosiva del agua conjuntamente con la del viento, a lo largo de millones de años, dejaron figuras a las que no podíamos dejar de admirar.












Entre los diversos conductos, abandonados por la lava desprendida, podíamos desplazarnos y admirar entre las grietas a un roedor por demás atractivo: El Chinchillón!!!
Chinchillon






Las especies vegetales no dejaron de asombrarnos y nos hicieron acudir más de una vez a la guía de flora.
Coliguay - Mancacaballo - Monte moro

De tanto andar y andar disfrutando, el cansancio se hizo sentir. Por suerte nos salvamos de armar las carpas porque detrás de estos cerros encontramos una cabaña: la de la familia Moncada, en donde pasamos la noche.

El fuego, los mates, el vino y el rico guiso nos dieron una caricia para terminar el día. La infinidad de chistes que nos contábamos dieron pie a tantas risas que el sueño tardó en llegar.

Por la mañana, la “fiesta” continuaba, pero teníamos que buscar a las aves, nuestras gran aliadas y motivadoras de nuestra salidas de campo.


Líquenes crustosos
Pinturas rupestres
El hallazgo de pinturas rupestres y de líquenes incrustados en las piedras hizo que permaneciéramos un buen rato cautivados por tanta belleza.







Algunas de las aves que habitan los cañadones son: Yal Negro y Bandurrita. 

En el camino, escondido en la copa de un sauce al costado del río Chubut, descubrimos un Tucuquere. Estuvo un buen rato dejándonos verlo y fotografiarlo, sin inmutarse. 

Después de recorrer los cañadones, seguimos viaje hacia Paso del Indio, hacia el sur-este, con el propósito de seguir reconociendo el contorno de la caldera y leyendo el libro de piedra marcado por la acción de los volcanes. Fue emocionante ir identificando las distintas formaciones, en base al libro de geología que llevó Silvana.
La experiencia fue completa, en esta salida reunimos aves, flora, ambiente, geología... y nos quedó mucho más por seguir aprendiendo.


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